Amor ( extra) propio

El amor propio excesivo ¿en qué nos convierte?

Todos tenemos una imagen de nosotros mismos, una forma de vernos y valorarnos. El amor propio es la capacidad de aceptarnos y respetarnos tal como somos, con nuestras virtudes y defectos. Es una actitud positiva que nos ayuda a tener una buena autoestima y a relacionarnos mejor con los demás.

Pero ¿qué pasa cuando el amor propio se vuelve excesivo? Cuando nos creemos superiores a los demás, cuando nos sentimos el centro del universo, cuando no reconocemos nuestros errores ni aceptamos las críticas, cuando despreciamos o envidiamos a los que nos rodean. Entonces estamos ante un caso de narcisismo, un trastorno de la personalidad que se caracteriza por una inflación del ego y una falta de empatía.

El narcisismo no es solo una cuestión de vanidad o egolatría. Es un problema psicológico que puede tener consecuencias negativas para la persona que lo padece y para su entorno. El narcisista suele tener dificultades para establecer relaciones sanas y duraderas, ya que solo busca su propio beneficio y no se preocupa por los sentimientos o las necesidades de los demás. También puede sufrir de ansiedad, depresión, frustración o ira cuando las cosas no salen como él espera o cuando se siente amenazado o rechazado.

¿Cómo podemos saber si tenemos un nivel de amor propio excesivo? Algunas señales que pueden indicarlo son:

  • Creer que somos especiales y únicos, y que solo podemos ser comprendidos por personas o instituciones de alto nivel.
  • Tener una gran necesidad de admiración y halagos constantes, y sentirnos ofendidos o heridos si no los recibimos.
  • Exagerar nuestros logros y capacidades, y minimizar o ignorar nuestros defectos o fracasos.
  • Compararnos constantemente con los demás y sentirnos superiores o inferiores según el resultado.
  • Ser muy competitivos y envidiosos, y tratar de sabotear o desacreditar a los que consideramos rivales o amenazas.
  • Ser muy exigentes y perfeccionistas con nosotros mismos y con los demás, y no tolerar la mediocridad o el error.
  • Ser muy manipuladores y mentirosos, y usar a los demás como objetos para conseguir nuestros fines.
  • Ser muy arrogantes y prepotentes, y no aceptar las opiniones o los consejos de los demás.
  • Ser muy insensibles y egoístas, y no mostrar interés ni compasión por los problemas o los sentimientos de los demás.

Si reconocemos algunos de estos rasgos en nosotros mismos, es importante que busquemos ayuda profesional para tratar nuestro problema. El narcisismo no es algo que se pueda cambiar de la noche a la mañana, pero con un proceso terapéutico adecuado podemos aprender a moderar nuestro amor propio excesivo y a desarrollar una autoestima más sana y equilibrada.

El amor propio es necesario para vivir bien, pero no debe convertirse en un obstáculo para nuestra felicidad ni para la de los demás. Recordemos que nadie es perfecto ni mejor que nadie, que todos tenemos cosas que mejorar y que aprender, y que lo más importante es ser humildes y respetuosos con nosotros mismos y con los demás.

1 comentario

  1. Totalmente de acuerdo en todo menos en lo primero, hay que puntualizar.
    «Creer que somos especiales y únicos, y que solo podemos ser comprendidos por personas o instituciones de alto nivel.»
    Todos los seres vivos son especiales y únicos, ahora lo que nunca podemos desear es ser comprendidos por esas personas de tan alto nivel.

    Le gusta a 2 personas

Deja un comentario