Judas y el factor D

Ciertos rasgos de personalidad están vinculados a comportamientos excesivamente egoístas. Por supuesto que puede haber una gran brecha entre el egoísmo de un narcisista y el de un psicópata, pero las investigaciones actuales muestran que todos los rasgos de personalidad negativos comparten el mismo núcleo oscuro.

Algunos, como el sadismo, dependen del dolor y la incomodidad de otras personas para su satisfacción personal. Otros, como el egoísmo, significan simplemente que es probable que una persona se ponga por delante a sí misma por delante de todo y todos los demás.

A pesar de estas diferencias y grados, todos se originan en el mismo núcleo oscuro, es decir, comparten la misma base psicológica. Esta es la conclusión de un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, la Universidad de Ulm y la Universidad de Koblenz-Landau, ambas en Alemania.

Estos investigadores han decidido llamar a este núcleo oscuro de donde nacen todos los rasgos negativos el «factor oscuro de la personalidad» o el «factor D» (‘dark’, en inglés), para abreviar.

El estudio incluyó una encuesta a más de 2.500 participantes que respondieron preguntas sobre sus tendencias de comportamiento y toma de decisiones.

En tres encuestas online, los investigadores preguntaron a los participantes en qué medida estaban de acuerdo o en desacuerdo con las afirmaciones, como por ejemplo: «Es difícil salir adelante sin hacer alguna triquiñuela», y «A veces bien vale un poco de sufrimiento por mi parte para ver a otros recibir el castigo que merecen «.

Los participantes también contestaron acerca de si tenían tendencia hacia conductas agresivas y decisiones impulsivas. Además, los investigadores también evaluaron el egoísmo de los encuestados y la probabilidad de que se involucraran en acciones no éticas.

Esta información se asignó a los nueve rasgos de personalidad negativos elegidos anteriormente. Después de analizar toda la información que habían reunido, los investigadores concluyeron que todos esos rasgos negativos de personalidad provenían de las mismas tendencias oscuras.

Si bien en diferentes aspectos, explican los investigadores, los nueve rasgos de personalidad negativos se basan en una tendencia arraigada a priorizar el bienestar, el placer o el éxito de uno sobre los de otros, incluso si eso significa que otros tengan que sufrir por ello.

«Los aspectos oscuros de la personalidad humana tienen un denominador común. Esto sugiere que se puede decir que todos son una expresión de la misma tendencia», explica Ingo Zettler, coautor del estudio en la revista Psychological Review. «Por ejemplo», continúa, «en una persona determinada, el factor D puede manifestarse principalmente como narcisismo, psicopatía o uno de los otros rasgos oscuros, o una combinación de estos».

Las personas con este «factor de personalidad oscura» no solo buscan su propio beneficio sobre el bien de los demás, sino que también encuentran razones por las que ignorar de qué manera sus acciones pueden afectar a otras personas.

La existencia de un «factor D» en un espectro de rasgos negativos también sugiere algo más; a saber, que si una persona tiene uno de estos rasgos, es probable que también tenga otros relacionados.


«Esto se debe a que el factor D indica la probabilidad de que una persona se involucre en un comportamiento asociado con uno o más de estos rasgos oscuros. En la práctica, esto significa que una persona que muestra un comportamiento malévolo particular (como que le guste humillar a otras personas) tendrá una mayor probabilidad de participar en otras actividades malévolas (como hacer trampas, mentir o robar)», comenta Zettler.

Aún así, los investigadores apuntan que su estudio podría ayudar a los terapeutas y otros especialistas a comprender mejor los rasgos negativos de la personalidad y, por lo tanto, encontrar mejores estrategias para abordarlos.

Nueve rasgos oscuros

El egoísmo es el primero de ellos y puede definirse como la preocupación excesiva por el beneficio propio a expensas de los demás y de la comunidad. El segundo es el maquiavelismo, una actitud manipuladora e insensible hacia los demás, acompañada de la convicción de que el fin justifica los medios.

La desconexión moral es el tercero de los rasgos oscuros de la personalidad y se define como un estilo de procesamiento cognitivo que permite comportarse de manera amoral sin sentir remordimiento alguno por ello.

El narcisismo, cuarto rasgo, se define como una auto-admiración excesiva, acompañada de un sentimiento de superioridad y de una necesidad extrema de atraer constantemente la atención de los demás.

La creencia persistente de que uno es mejor que los demás y que por lo tanto merece ser tratado mejor, es el quinto rasgo oscuro de la personalidad y se llama derecho psicológico. La psicopatía, sexto rasgo, se define como la falta de empatía y autocontrol, a lo que se le agrega un comportamiento impulsivo.

El sadismo es el séptimo rasgo y se define como el deseo de infligir daño mental o físico a otros por placer. El interés propio (entendido como el deseo de promover y destacar el propio estatus social) y el rencor, definido como destructividad y disposición a causar daño a otros, incluso si uno corre el riesgo de infligirse daño a sí mismo, son respectivamente el octavo y noveno rasgos oscuros de la personalidad establecidos en esta investigación.

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