El sentido de la vida.

equilibrio

 

Si quieres felicidad durante una hora, toma una siesta. Si quieres felicidad durante un día, ve a pescar. Si quieres felicidad durante un año, hereda una fortuna. Si quieres felicidad durante toda una vida: ayuda a alguien.

-Proverbio chino-

Las reglas de la vida son una interesante reflexión sobre cómo afrontar nuestra existencia cultivando la aceptación y el respeto a los demás.

En ellas se recoge la sabiduría de quien ha vivido con valor y en función de causas nobles. Hemos sintetizado esos preceptos en diez orientaciones que nos pueden invitar a una interesante reflexión.

1. Aceptación, la primera de las reglas de la vida

La primera de las reglas de la vida es aceptar la vida misma, tal y como es. Aceptación no quiere decir resignación, sino la capacidad de asumir lo que nos envuelve y sucede con humildad y también con objetividad. La vida es lo que es y de cada uno de nosotros depende una actitud: la de aprender de las circunstancias que no hemos elegido, pero con las que tenemos que convivir.

La consecuencia de no aceptar la realidad es el sufrimiento  permanente. Este da origen a una batalla interior que siempre se pierde. Aceptar, en cambio, lleva a aprender de cada situación.

Asimismo, y como curiosidad cabe señalar que esta es sin duda una de las reglas de la vida que más ha inspirado a la psicología. Estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Nevada por el doctor Steven Hays, nos demuestran la influencia de esta filosofía en la Terapia de aceptación y compromiso.

2. Piensa poco en ti y mucho en los demás

Quien se detiene a pensar demasiado en sí mismo termina confundiéndose. Levanta un muro frente al mundo y alimenta sus inseguridades. Más que pensar en uno mismo, lo adecuado es permitirse ser.

La verdadera felicidad está en poder servir a otros. No hay nada que se compare con la satisfacción de hacer el bien. Quien es generoso da muestra de ser poderoso también. Esto es, finalmente, lo que le permite apreciarse a sí mismo.

3. Aprende a desprenderte del deseo

El deseo, entendido como anhelo por lo que no se tiene, solo conduce a la insatisfacción eterna. El tener es como un barril sin fondo. Cuanto más tienes, más deseas y cada vez es más difícil satisfacerte.

Miyamoto, como muchos orientales, luchó por erradicar el deseo. Quien mucho anhela, mucho se frustra. El verdadero poder está en la capacidad de renunciar. El que necesita poco, con poco es feliz.

4. Evita darle lugar al arrepentimiento

El arrepentimiento causa mucho sufrimiento. Lo peor es que se trata de un sentimiento inútil. Así lo hace ver Miyamoto en las reglas de la vida. Insiste en que no deberíamos ver al error como una condena, sino más bien como una característica asociada a nuestra naturaleza.

Cada acción que realizamos nos enseña algo. También nos cambia de alguna manera. Si se actuó mal, nos deja una gran enseñanza. Por eso nada de lo vivido es despreciable. Lo importante es saber aprender de ello, enriquecer nuestro bagaje.

5. Elimina las quejas y el resentimiento

La queja solo contribuyen situarnos en el inmovilismo. Nada se gana con esa mirada que se centra solo en lo que no le parece bien, en lo que obstaculiza o hace daño. También  atormentar a quienes nos rodean. No tiene ningún sentido porque en lugar de mover hacia la acción, termina paralizando.

Según las reglas de la vida de Miyamoto, las quejas y el resentimiento envenenan a quien las siente. No sirven para nada. Al contrario, comienzan a dañar como una plaga a otros sentimientos que sí son positivos.

6. Deja a un lado los objetos que no necesitas

Los objetos influyen sobre nuestras emociones y nuestra manera de ver la vida. Si nos apegamos demasiado a ellos, terminan por ejercer control sobre nosotros. Hacen que nuestra conciencia sea menos libre.

Esto aplica especialmente para las cosas que ya no necesitamos y que, pese a ello, conservamos. Finalmente nos vuelven personas más inseguras y rígidas. Por eso en las reglas de la vida se insiste en deshacerse de lo inútil.

7. No sigas ciegamente las creencias de otros

Una de las reglas de la vida más relevantes es la de aprender a pensar por nosotros mismos, mantener la confianza en nuestro criterio. Confiar en el sentido común que uno posee. Respetar las propias convicciones y los propios valores. De lo contrario, una persona se vuelve muy manipulable.

Nadie necesita que le digan qué está bien o qué está mal. Todos tenemos la capacidad de decidir esto por nosotros mismos. Seguir ciegamente a otros solo conduce a traicionarnos a nosotros mismos en algún punto.

8. Conserva siempre tu honor

El honor es una palabra casi olvidada. Tiene que ver con el amor propio. Con no permitirnos caer en conductas que estén en disonancia con los valores que defendemos, en los que creemos. Constituirían una especie de brújula, dando lugar al orgullo cuando se respetan en contra de las tentaciones.

El honor es el bien más preciado de cualquier persona. Alguien honorable inspira respeto y consideración. Atrae la buena voluntad y la consideración de los demás, incluso de los enemigos. Así es como el honor le confiere valor a la vida; un valor que es muy íntimo y personal.

9. El amor no debe estar invadido por el apego

Las emociones, en general, son respuestas impulsivas. Si se razonan, se convierten en sentimientos. Estos son más profundos y más ponderados. Están asociados a los valores y no a las necesidades.

El amor es un sentimiento extraordinario. Sin embargo, a veces llamamos amor a una emoción ciega y pasajera. Esto ocurre cuando lo que inspira el amor es el apetito de algo o el apego. En esos casos daña, más que beneficiar.

10. No temas a la muerte

Es un hecho, somos mortales. La vida acaba y esto es una realidad natural. No debemos temer ni a la muerte propia ni a la de los seres que amamos. Así, vencemos el temor a la muerte viviendo intensamente la vida.

Las reglas de la vida de Miyamoto han sobrevivido al tiempo por la gran sabiduría que encierran y también por todo aquello que inspiran. Llaman al realismo, a la humildad y a la paz interior. Buscan que nos enfoquemos hacia la esencia y no hacia lo aparente e intrascendente.

7 Comentarios

  1. Joder con el Chino… buen proverbio. Se lo voy a decir al de la tienda china de a lado de casa que vende cigarillos por 40 centimos.
    Muy buena reflexion sobre la vida. Para mi si afrontas la realidad o como tu dices «aceptar la vida misma tal y como es» el resto de sugerencias(muy buenas y reales) caen ´mas o menos en general´bajo esa frase tuya. Puedo hablar de cada una pero esto seria un comentario interminable, lo de elimina las quejas…. desde pequeño me acuerdo mi padre decirme que llorar no va a solucionar nada. Y es completamente cierto, sentirte mal llorando no ayudas a solucionar ningún problema ni ayudar a gente que te necesita. Y el final que has dicho no temer a la muerte….. Estuve en la legion(ejercito «profesional» no la mili), » La muerte no es el final, lo mas horrible es morir siendo un cobarde»

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    1. Bueno, muchas gracias por tu comentario, intentare no extenderme porque si no podria ser eterna esta contestación, pero en cuanto al post, simplemente es una reflexion sobre cosas basicas que debemos tener en cuenta para no ser unos desalmados egoistas que solo nos vemos el ombligo. Son cuatro reglas basicas de humanismo que nos deberian enseñar desde pequeños ( cosa que no es asi). Pero que le vamos hacer , la sociedad es la que es y muy dificil de cambiar (aunque no imposible)
      Lo del tabaco del chino, muy mal, dejar de fumar es un paso a la perfeccion y la muerte….no hay que temerla, ni tan siquiera morir como tu dices, como un cobarde.
      Porque lo que para ti puede ser una cobardia, para mi puede ser una acto de amor para mis semejantes. Todo es opinable y veraz.
      Gracias por pasar y dejar tu comentario.

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      1. Muy bien dicho, lo que para mi es una cobardía para ti puede ser un acto the amor o lo que para mi puede ser un acto de amor para ti puede ser una cobardía. Todo se puede relativizar ya que como seres humanos cada uno es como es, único. Y eso es lo precioso y por eso hay que tener empatía hacia otras personas. Para mi una cosa puede ser muy fácil de hacer y para otra persona le puede sobrepasar y viceversa. Yo creo que la empatía es una gran virtud, pero para otros puede ser una debilidad. No para mi.

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